miércoles, 31 de enero de 2018

El Lobo y el León

En un paraje de ensueño,
había un lobo hambriento.
A orillas de un río pequeño,
un cordero muy sediento.

Un animal con ferocidad,
facilidad para devorar
y con mucha agresividad
todo comía sin parar.

Al ver el lobo su rival,
con objetivo similar,
le echó una mirada abismal
y se dispuso a atacar.

Un obstáculo se encontró,
una gran melena marrón,
con mucha fuerza le rugió
y así captando su atención.

A pesar de la dificultad,
la melena fallecía
y con gran habilidad,
al cordero perseguía.

Un objetivo logrado,
como paga un manjar hermoso;
se lleva lo esperado,
un cordero delicioso.

Moraleja: si tienes un sueño persíguelo y ve a por ello porque aunque haya un obstáculo seras capaz de superarlo.

martes, 30 de abril de 2013

El dragón que no sabía volar

El dragón que no sabía volar

     Había una vez un dragón que se llamaba Estornus. Cuando el dragón cumplió once años aún no sabía volar y sus padres le apuntaron a una escuela para que aprendiera a volar. Pero aún así no aprendía a volar y una noche, mientras que sus padres dormían Estornus se escapó, sefue corriendo a un acantilado. Pero se sintió muy solo y abandonado, entonces se acercó al acantilado, se resbaló con una piedra y se cayó.
     Nunca más se volvió a saber de el. Sus padres creian que había muerto, pero en realidad cayó a una cueva en mitad del acantilado. Se hizo tanto daño que no pudo salir de la cueva. Tampoco podía salir porque no sabía volar. Así que se quedó a vivir solo en la cueva. Sus padres cada día lloraban más y más.
     Un día de tormenta Estornus tenía mucho frío, así que encendió una hogera con palos que había dentro y escupiendo fuego. Cuando encendió la hogera descubrió que había algo escrito en la pared de la cueva. Era como un enigma. Intentó resolverlo, perotardó una semana entera. Cuando lo resolvió se dió cuenta de que podía salir de la cueva. Si decía este conjuro se le abría un pasadizo secreto, así que lo dijo:

Me fuí al parque
en tanque.

Cuando llegé a mi casita
me encontré una pasita.

Yo la pisé
y me manche.

El zapato yo limpié
y tranquilo me quedé.

     Entoces de repente la pared se rajó y se abrió un camino que le llevó a la superficie. Cuando encontró a sus padres les contó lo que había sucedido, y dijo que nunca más lo volvería a hacer.


FIN



viernes, 19 de abril de 2013

El toro


El toro


Las guerras no son buenas
porque en ellas muere gente.

El toro no hace nada
y la gente le defiende.

Esplotan muchas bombas
en todas las ciudades.

Y nunca hay que hacer guerra
para evitar los males.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La Mierlita

                                                         LA  MIERLITA 
             
          
. “Había una vez una mierlita que tenía su nido en un roble
Acababa de tener cinco hijitos y cantaba muy contenta:
¡Qué contenta estoy;
qué contenta estoy,
a mis cinco merlitos
comida les doy!
Pero cierto día pasó por allí una zorra que le dijo:
¿Por qué estás tan contenta, doña mierlita?
. Porque tengo cinco mierlitos que son una preciosidad –contestó la mierlita
¿Y por qué no me enseña usted uno? –dijo la zorra. Yo tengo una pata quebrada (era mentira) y no puedo subir al roble. Ande, por favor, enséñeme uno para que lo vea.
Bueno, bueno… -dijo la mierlita cogiendo con el pico uno de sus hijos.
Pero a la zorra, nada más ver al mierlito, empezó a hacérsele la boca agua y le entraron unas ganas enormes de comérselo.
: Y entonces dijo a la mierlita
Pues si no me das ahora mismo un mierlito voy a mi madriguera, cojo el jápele-jópele y te corto el roble. Y si te corto el roble, se rompen las ramas; y si se rompen las ramas, se rompe el nido y te quedas sin mierlitos.
La pobre mierlita pensó que si le cortaba el roble con el jápele-jópele, perdería a todos sus hijos, así que muy triste, echó un mierlito a la zorra, que se lo zampó de un bocado y se marchó tan contenta.
Al día siguiente, la mierlita cantaba triste en su nido:
¡Ay, qué triste estoy,
ay, qué triste estoy,
a mis cuatro mierlitos
comida les doy!
Volvió a pasar por allí la zorra, y parándose bajo el roble, le dijo:
Si no me echas otro mierlito, iré a la madriguera a por el jápele-jópele y te cortaré el roble. Y si te corto el roble, se rompen las ramas; y si se rompen las ramas, se rompe el nido y te quedas sin mierlitos.
Y la mierlita, por miedo a perder a todos sus hijos, cogió otro mierlito con el pico y se lo echó a la zorra, que se lo zampó de un bocado y se marchó tan contenta.
Al día siguiente, la mierlita cantaba muy triste en su nido:
¡Ay, qué triste estoy,
ay, qué triste estoy,
a mis tres mierlitos
comida les doy!
Y otra vez pasó por allí la zorra; y parándose bajo el roble, le dijo:
Si no me echas otro mierlito, iré a la madriguera a por el jápele-jópele y te cortaré el roble. Y si te corto el roble, se rompen las ramas; y si se rompen las ramas, se rompe el nido y te quedas sin mierlitos.
Y la mierlita, por miedo a perder a todos sus hijos, cogió otro mierlito con el pico y se lo echó a la zorra, que se lo zampó de un bocado y se marchó tan contenta.
Al día siguiente, la mierlita cantaba muy muy triste en su nido:
¡Ay, qué triste estoy,
ay, qué triste estoy,
a mis dos mierlitos
comida les doy!
Y otra vez pasó por allí la zorra; y parándose bajo el roble, le dijo:
Si no me echas otro mierlito, iré a la madriguera a por el jápele-jópele y te cortaré el roble. Y si te corto el roble, se rompen las ramas; y si se rompen las ramas, se rompe el nido y te quedas sin mierlitos.
Y la mierlita, por miedo a perder a todos sus hijos, cogió otro mierlito con el pico y se lo echó a la zorra, que se lo zampó de un bocado y se marchó tan contenta.
Al día siguiente, la mierlita cantaba muy muy muy triste en su nido:
¡Ay, qué triste estoy,
ay, qué triste estoy,
a mi mierlito
comida les doy!
Entonces acertó a pasar por allí el alcaraván, que había estado unos días en las bodas de su prima, la golondrina.
Y al ver tan triste a la mierlita, le preguntó que qué le pasaba; y ésta le contó cómo la zorra se había ido comiendo a sus hijitos porque la amenazaba con contarle el roble con el jápele-jópele.
¿Pero cómo es posible que te hayas dejado engañar así? Con el jápele-jópele no se cortan los roble, que se cortan con hachas de acero, y brazos de niño, de niña, de mujer y de hombre.
Pues ahoradijo el alcaraván-, vas a cantar muy contenta:
¡Qué contenta estoy,
qué contenta estoy,
a mi mierlito
comida le doy!
Y otra vez apareció la zorra, debajo del roble, y le preguntó a la mierlita:
¿Por qué estás tan contenta? ¿No sabes, acaso, que vengo a zamparme al último mierlito que te queda? Y si no me lo echas, iré a la madriguera a por el jápele-jópele y te cortaré el roble. Y si te corto el roble; se rompen las ramas; y si se rompen las ramas, se rompe el nido y…
Los robles no se cortan con el jápele-jópele, que se cortan con hachas de acero y brazos de niño, de niña, de mujer y de hombre.
¿Quién te lo ha dicho? –jopeó rabiosa la zorra.- Seguro que ha sido…¡la tórtola!
¡Nooo!
Pues…¡el cuco!
¡Nooo!
¿Ha sido el alcaraván…? ¡Ha sido el alcaraván!
Y el alcaraván, al oír su nombre, empezó a volar y a volar hasta que tuvo sed y bajó a una alberca a beber agua.
Y cuando estaba bebiendo agua, llegó la zorra, y lo atrapó entre sus dientes, dispuesta, claro, a zampárselo como había hecho con los cuatro mierlitos.
Pero el alcaraván, que era muy astuto le dijo:
Ay zorrita, no me comas; pues los alcaravanes no estamos buenos si antes de comernos no dicen tres veces: ¡Alcaraván, comí! ¡Alcaraván, comí! ¡Alcaraván, comí!
Y la zorra, que era muy glotona, abrió la boca para decir tres veces ¡Alcaraván, comí! ¡Alcaraván, comí! ¡Alcaraván, comí!
Entonces aprovechó el alcaraván para escaparse volando, al tiempo que gritaba:
¡A otro tonto, pero no a mí!
Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Y quien no levante el culo, se queará pegado.”

jueves, 20 de septiembre de 2012

La maldición del castillo.

Había una vez un niño llamado Álvaro. Se lo estaba pasando muy bien en sus vacaciones de verano pero se le acabó el verano y tenía que ir al colegio. Este año empezaba 5º. Tenia muchas ganas de empezar el colegio para ver a sus amigos. El primer día por la mañana le costo aconstumbrarse a levantarse tan pronto. Cuando llego a clase vio que le había tocado con:Darío, Pablo, Dani, Rodrigo, Jaime, Diego,Alex, Ivan, Gullermo, Adri, Carlos, Paula, Noelia, Patri, Alva, Maria, Marta, Sofia, Andrea y Lidia. Cuando nos dieron la ficha de las escursiones vi que nos tocaba ir al castillo de las catacumbas perdidas. Cuando lo vi me asusté de lo siniestro que era el nombre,entonces vi cuando nos tocaba ir. No ponia nada asique se lo pregunte al profesor. El profesor me dijo que era mañana la escursion y se puso a decir lo que teníamos que llevar. Al día siguiente me fui al colegio con miedo,pero me lo pase muy bien con mis amigos cantando en el autobús canciones divertidas. Cuando llegamos vi el castillo,era enorme y daba mucho miedo. Todos los niños se asustaron.

martes, 7 de diciembre de 2010

El laberinto encantado.

Capítulo 1. Un día en la mansión.
Había una vez un niño llamado Juan que vivía en una casa en el desierto y un día quiso dar un paseo y se encontró una mansión abandonada y al lado había un laberinto con estatuas, la mansión tenía telaráñas, cosas rotas, sonaban ruidos extráños, había mucho polvo, cuando tocabas la pared se volvía todo rojo y lo peor de todo crujia el suelo a cada paso que daba.
-¡Ñaauuu!-se oyó detras de la puerta.
-¡Qué ha sido eso!-dijo gritando-¡Quien anda ahí detrás!-dijo Juan con mucho miedo y tiritando asustado.
Y de repente sonó algo en el laberinto.
-¡Ay!-grito Juan asustado-¡El laberinto está prohibido pasar!-dijo Juan, pero se saltó la valla y se levantó un muro por donde había entrado-¡Yo ya no puedo salir de aqui!-dijoJuan llorando muy fuerte-¡Ya no puedo ver a mi familia nunca más!-dijo Juan desesperado y siguió hacia delante con tristeza.
CONTINUARÁ...

viernes, 12 de noviembre de 2010

El árbol de los monos

Había una vez un mono que se llamaba Juanito que vivía en un árbol pero se mudó a Palmelarandia.
- ¡ A Palmelarandia !- dijo Juanito.
- ¿Qué es Palmelarandia?- dijo su amigo Hugo.
- Palmelarandia es donde voy a vivir en una palmera con cocos duros, muy duros- dijo Juanito.
- ¡ Qué guay! , puedo irme a vivir contigo a Palmelarandia. Por favor amigo puedo irme contigo- dijo Hugo.
- ¡ Vale te dejo venir a mi casa pero no rompas nada vale !- dijo Juanito.
Entonces Hugo destrozo su casa y la tubieron que limpiar juntos y ya Hugo nunca más lo iba a hacer nunca más.

Fin